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El desafío del 7 de JunioFernando Castillo Pacheco
Miércoles, Abril 8, 2015 - 16:22
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El gran novelista Robert Louis Stevenson, dijo que "La política es quizá, la única actividad para la que no se considera necesaria ninguna preparación".

Ahora que han iniciado las campañas políticas rumbo a la elección federal de mitad de sexenio, podemos ver que el pensamiento del escritor escocés, tiene mucho de cierto.

No es sólo por la baja calidad de los candidatos que se encuentran en contienda, que deja mucho que desear y que, lejos de representar la pluralidad de la sociedad mexicana, son muestra del apoderamiento de las instituciones, por parte de una casta privilegiada, de muy distintos colores, que le da unos vergonzosos tintes de humor a la política, paradójicamente, con la incorporación de personajes deprimentes.

También vemos la escasa preparación de quienes hoy tienen la responsabilidad de la conducción del país, que han evidenciado su incompetencia y parecen ser los únicos que no ven la realidad de una nación, que poco a poco, va retrocediendo a los infames tiempos del más rancio priismo.

Comienza un periodo de campañas partidistas, en el que la ciudadanía debe de ponderar el análisis, antes que dejarse seducir por el regalo o ilusionar por la promesa. En el inicio del periodo proselitista es preocupante el bajo nivel de los candidatos, pero es más preocupante que hay una ciudadanía ciega y olvidadiza, que está dispuesta a votarlos.

Preocupa ese sector de la población que se aparta de la realidad, para conformar, en palabras de Guillermo del Toro, un grupo de políticos y ciudadanos que piensan que la chingada se va a llevar sólo una parte del país y no a ellos.

Comienza un proceso electoral que lleva, desde su inicio, la marca de la inequidad. Las autoridades electorales han sido incapaces de poner un alto a los actos anticipados de proselitismo y publicidad desplegados por el partido verde, el cual ya debería de tener cancelado el registro y quedar fuera del proceso electoral, pues además de ser descarado y abusivo en sus actos preelectorales, tendientes a posicionarle, ha ignorado dolosamente todas las órdenes de la autoridad para frenar esos actos y ajustarse al marco legal. Quizá se les pueda perdonar lo tramposos, pero no debe perdonárseles lo cínicos.

Las circunstancias que enmarcan la elección, convierten el proceso electoral no en una oportunidad, sino en un reto. Es necesaria una mirada al rededor para entender el reto de cambiar las cosas.

Decidiremos este mes de junio mucho más que la integración de un congreso, que desde 2012 volvió a ser un apéndice del ejecutivo, convirtiéndose en un poder sometido a otro poder. Tenemos el reto de cambiar el rumbo, para afrontar de mejor manera el vendaval que se avecina, en la economía nacional.

Es el momento de ver que, ante las condiciones económicas mundiales, nuestro país no está preparado para que la ciudadanía no se vea afectada y que en el gobierno, no hay capacidad para generar las políticas adecuadas para que México crezca al ritmo que se requiere, pues hasta ahora no lo han hecho.

Para entender el tamaño del desafío, los ciudadanos debemos ver la desigualdad y la impunidad reinante. Mientras volvió la petición al ciudadano de que se apriete el cinturón, el gobierno mantiene sus privilegios y sus integrantes no tienen el mayor interés en contribuir al ahorro. No sólo no son capaces de disminuir su ingreso, sino que ni siquiera pueden, ni quieren, frenar el despilfarro.

En los primeros dos meses del año, el ramo 23 del presupuesto, que contempla las provisiones salariales y económicas, tuvo un aumento de 88% respecto al mismo periodo de 2014. La Presidencia de la República aumentó su gasto en el primer bimestre del año, 117% en comparación con el año previo.

Un grave problema es que, el manejo de estas enormes cantidades de dinero es tan opaco, que permite el uso discrecional y el abuso de éste.

La situación, evidenciada con las fotos del titular de la CONAGUA, que utiliza un aeronave para traslados personales y familiares, o con el paseo familiar de la parentela del presidente, que se coló a una visita de estado al Reino Unido, es mucho más grave de lo que parece.

De los 810,951 millones de pesos, que fue el gasto corriente del sector publico ejercido en los dos primeros meses de este año, 17,507 millones se registran en el apartado de "otras erogaciones", por cierto 108.9% más que el año anterior y 175,793 millones de pesos, quedaron bajo el rubro de "otros gastos de operación".

Esto contrasta con las políticas de recorte que afectan, sobre todo a las áreas productivas, que sí podrían generar crecimiento y paliar los golpes que están resintiendo las finanzas nacionales.

El Plan Nacional de Infraestructura, tan ambicioso y pomposamente anunciado, se ve reducido ante las medidas del gobierno de recortar el gasto. En febrero, la Secretaría de Hacienda anunció un recorte de 4,000 millones de pesos a la infraestructura carretera, con lo que 37 vías federales o no se van a construir, o no se van a remodelar, con lo que nuevamente se verá afectado, como en 2013, el sector de la construcción que es tan importante para el crecimiento del país.

Por otra parte, el recorte de 60 mil millones de pesos a Petróleos Mexicanos, hará más pronunciado el declive en la producción petrolera del país, que ya presenta una caída interanual de 8.3%, además de que la exploración ha sido deficiente, pues no se han encontrado, ni acondicionado, nuevos yacimientos que eleven la tasa de sustitución de reservas. Sólo de 2014 a 2015, las reservas explotables cayeron 3.1%, para tener, al uno de enero de este año, el equivalente a 13 mil 17 millones de barriles de crudo.

En este sentido, es preocupante la caída del 46.3% de los ingresos petroleros, respecto de la cual si bien es cierto que no podemos responsabilizar al gobierno del bajo precio, sí le podemos hacer responsable de no disminuir la dependencia del presupuesto nacional, sobre estos ingresos. No debemos dejar de lado que, siguiendo en el contexto internacional, los inventarios de petróleo de los Estados Unidos están en niveles record, amenazando con rebasar su capacidad de almacenamiento y que, el acuerdo de las potencias mundiales con Irán contempla que éste aumente sus exportaciones de crudo en un millón de barriles diarios, adicionales a sus exportaciones actuales. Estas son dos condiciones que afectarán, a la baja, los precios internacionales del crudo.

La incapacidad del ejecutivo le afecta a los ciudadanos. Más allá del discurso, la realidad nacional es la de un país que se está estancando. Si bien el número oficial de la inflación es bajo, esto es producto de la caída en los precios de las telecomunicaciones, (por una reforma que no es, del todo, logro del PRI) además del bajo precio de algunos productos alimenticios, agropecuarios sobre todo, pero si vemos la inflación en mercancías no alimenticias y la inflación en los precios al consumidor final, es de las más altas de los últimos años.

El genial caricaturista, Nerilicón, lo dejaba muy claro hace unos días, "Estabilidad es cuando un huevo cuesta un peso. Carestía, es exactamente lo contrario".

Es el momento de reconocer el reto de los mexicanos para cambiar las cosas. Reconocer la utilidad de nuestro voto para enderezar el rumbo, comenzando por acabar con la corrupción. Hay que poner un alto a estos falsos hijos de la revolución, que sólo la entienden al estilo de López Mateos, cuando dijo que "La revolución mexicana fue la revolución perfecta, pues al rico lo hizo pobre, al pobre lo hizo pendejo, al pendejo lo hizo político y al político lo hizo rico". Quizá el único cambio del los Priistas es el descaro, hoy por hoy son unos lobos... con piel de lobos.

El PRI tiene, como única propuesta, el acompañar al presidente en la segunda mitad de su sexenio. Su ideología se centra en ser comparsas de las mismas tarugadas. La propuesta del PRI se reduce a la continuación de unas políticas fallidas, con la esperanza de que con el tiempo sean las menos malas. Prácticamente proponen cruzar un precipicio en dos saltos.

El cambio comienza por el freno a un gobierno que ha hecho más mal que bien. Contener a los abusivos que se han enriquecido a costa de todos, que llevan relojes de millones, pero que no quieren ver que el tiempo de un cambio ya está aquí.

El reto es para esa sociedad valiente que sabe que es posible que cambiemos a México, con buenas ideas. Dejemos de conformarnos con el gobierno que tenemos y busquemos el gobierno que merecemos. El momento es ahora y la fecha del desafío es el 7 de junio.

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