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jueves, 18 de septiembre de 2014

Se enamoró de una mujer que lo dejó por su propia esposa AMQueretaro.com



Se enamoró de una mujer que lo dejó por su propia esposa AMQueretaro.com


Se enamoró de una mujer que lo dejó por su propia esposa./Foto: especial


Para un hombre que siempre trabajo en bares del rumbo Reforma y Colón el ligue era cosa de todos los días hasta que se enamoró y se llevó una sorpresa.

El protagonista de esta historia prefiere mantenerse anónimo y con una historia como la suya no lo culpamos. Para efectos de contar la historia lo llamaremos simplemente ‘el mesero’ pues ese ha sido su empleo de siempre en los bares de Reforma y Colón, en la Ciudad de México.

El mesero siempre fue un conquistador por naturaleza, en cada bar en el que trabajó se llegó a ligar a una o dos chavas. Sin embargo este mesero tenía una esposa que lo consentía mucho, le hacía de comer cosas que le gustaban, le daba regalos, masajes en fin, el mismo reconoce que no había un motivo para ponerle los cuernos.

El mesero considera que al trabajar en bares las tentaciones eran muchas y no dejó pasar ninguna de largo. Un día conoció a una mesera proveniente de Veracruz la cuál le robó el corazón. La ‘Jarochita’ (como cariñosamente la llamaba) fue su amante por casi cinco meses y al igual que su esposa siempre lo llenó de mimos y caricias.

Todo se complicó cuando una de las ex- conquistas del mesero se dio cuenta de su relación con la Jarochita y lo empezó a celar. Eso fue el principio del fin pues no pasó ni una semana cuando al llegar a su casa el mesero se encontró con su esposa la cual estaba bastante enojada pues ya se había enterado de todas y cada una de sus conquistas.

Tal fue el enojo de la esposa que le prometió al mesero que las cosas no se quedarían así como así, y que se iba a arrepentir de lo que había hecho. Al día siguiente el mesero se encontró con que la Jarochita había renunciado, decidido a no perder a dos amores en la misma semana se puso a buscarla hasta que la encontró…

La encontró saliendo de un motel de la mano de nada más y nada menos que su propia esposa. Su mujer al verlo simplemente le mencionó tres palabras ‘¡Te lo dije!’ Desde entonces el mesero no volvió a ver a ninguna de las dos mujeres, la última noticia que tuvo de su esposa fue una demanda de divorcio que le puso fin a esta historia.

Con información de Agencia Reforma.

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