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jueves, 12 de septiembre de 2013

"El poder contamina lo íntimo o lo íntimo contamina el poder"



"El poder contamina lo íntimo o lo íntimo contamina el poder"




"El poder contamina lo íntimo o lo íntimo contamina el poder"
11.09.2013 : ES PERIODISTA, ESCRITOR, ANALISTA DE LOS PROCESOS POLÍTICOS. SU LIBRO "MUJERES CASI PERFECTAS. RETRATOS IRREVERENTES DE LAS DAMAS DEL PODER" PRETENDE SER UN REFLEJO DE LA REALIDAD NACIONAL Y DEL MANEJO QUE LAS MUJERES, MUCHAS VECES SIN PROPONÉRSELO, OTRAS CON TODA INTENCIÓN Y AMBICIÓN, HACEN DEL PODER. SITUACIONES EN LAS CUALES LO PÚBLICO SE CONFUNDE CON LO PRIVADO












-¿Cómo surge la idea de llevar adelante este libro?
- Como una serie de retratos. En algún punto es un libro de género, de mujeres que acompañan a los hombres del poder, son las mujeres "de", en un principio y a partir de conocerlas a ellas conocerlos más a ellos, es decir ver como funcionan en el ámbito íntimo. Karina Rabolini, la mujer de Scioli; Juliana Awada, la de Macri; Agustina Kampfer, de Boudou; Sandra Mendoza, de Capitanich; y Susana Freydoz, la mujer del fallecido Soria.

-¿Cómo fue el proceso para llegar a elegir esas cinco "Mujeres casi perfectas"?
- La idea era mostrar dos del interior, las dos más fuertes de los presidenciables como Macri y Scioli y ponerle un poco de juventud con la mujer de Amado Boudou. Hice entrevistas con algunas, otras no quisieron, obviamente son retratos no autorizados. Son casos distintos, pero las divido en dos grupos, por un lado Mendoza, Freydoz y Karina Rabolini que son las relaciones más viejas, por lo menos veinte años. El hombre del poder, en estos casos, en el ámbito privado se muestra como calculador, desaprensivo, frío, egoísta, por momentos maltratador. Básicamente se muestra con un profundo desamor hacia los suyos.
En el caso de Freydoz llegó al extremo cuando ella terminó pegándole un tiro a su marido, el gobernador de Río Negro. En el caso de Mendoza, Capitanich terminó acusándola de loca y quitándole la tenencia de sus hijos. En el caso de Rabolini, aunque siguen conviviendo juntos, él se muestra siempre con actitudes déspotas, ella es una mujer sufriente, por lo que tuvo lamentablemente caídas en adicciones, depresiones, en la intimidad es como muy frágil y sometida a los caprichos de Scioli.
Por ejemplo, ella se entera mientras están mirando juntos un noticiero en su casa que él tiene una hija de 18 años. A partir de eso tiene algunos "beneficios", como el salvataje a la quiebra de su empresa, donde vende una imagen de exitosa y fue todo lo contrario. Todo en la intimidad es casi un culto a él, ella no existe y eso ni siquiera es justo, ya que ella le agrega a él mucho ángel, muchos consejos, le fue muy funcional y le enseñó mucho.
Pero el lujo, las luces, dan la sensación que no compensan el desamor cotidiano.

- Un caso extremo de estas situaciones de desamor y maltrato es Susana Freydoz, que termina con el asesinato de Carlos Soria en la madrugada del 1º de enero de 2012
- Los políticos en general son muy machistas y las mujeres responden a esa idea con demasiada docilidad, hasta que muchas veces es demasiado tarde. De hecho la reacción de Freydoz ese Año Nuevo tiene dos ejes: uno las infidelidades frecuentes de su marido que él con el tiempo empezó a reconocer y después el maltrato público y privado, él le gritaba cualquier cosa en cualquier lado. Por otro lado, un tema tabú que tenía la familia -y toda la provincia lo sabía- era un hijo homosexual que a él lo ofuscaba y lo sentía una amenaza a su hombría.
El caso de Sandra Mendoza, es una situación muy compleja ya que Capitanich la acusa de loca, existe un expediente que prueba esto y a través de algunas artimañas jurídicas logra sacarle la tenencia de sus hijas, el había tenido un intento de divorcio en el 2003, que quedó atrás porque ella lo amenazó con dar a conocer el origen de su fortuna, de esta manera la relación siguió siendo muy tortuosa y acabó con un juicio en el 2009.

- Sigue el otro grupo, Juliana y Agustina, más jóvenes, con otro perfil.
- Sin ninguna duda. Juliana Awada es un caso diferente, están todavía en la etapa del enamoramiento, ella proviene de una familia de inmigrantes sirios que empezó con un tallercito de costura en Villa Ballester y tuvo un salto formidable en los '90, convirtiéndose hoy en una de las primeras marcas de exportación de ropa de alta costura que está en todos los shoppings del país. En ese proceso está una familia muy ambiciosa. Es la menor de cuatro hermanos, fue la más mimada y hace uso de eso viviendo una vida de princesa que acompaña con una formidable belleza y un poder de hechicera.
Tuvo un primer matrimonio muy breve, una segunda relación muy fuerte con un conde, el padre de su primera hija. A Macri lo sedujo en un gimnasio muy canchero de Palermo Chico, al que van las damas del poder, ella lo elige a él. Un día decidió que iba a ser suyo. Lo conquistó, lo casó y tienen una hija, tiene un gran poder de seducción con Macri. Poco a poco comienza a interesarse en la cosa pública, en especial los temas sociales. Tanto ella como Karina Rabolini toman a la asistencia social como una política altruista, como si fuera beneficencia, son más parecidas a Máxima de Holanda que a Evita.
Agustina Kampfer es una chica producto de los '90, de convicciones livianas y fugaces, desesperada por afecto que ahora transita la búsqueda de cierta armonía a través del yoga, es fanática de Osho. Pero detrás de todo eso esconde una desesperación por buscar afecto, murió su padre hace unos años, tiene una relación de mucho conflicto con su madre. Encontró en ese sentido un muy buen compañero de ruta, es amante de la adrenalina, le gusta la noche, experimenta drogas, le gusta sentir el fervor de la aventura y él es perfecto para ella, no sólo porque tiene poder y privilegios, sino porque es un eterno adolescente.
Las dos relaciones anteriores de Boudou terminaron por romperse porque se resiste a tener hijos, a tener una vida menos disipada y ella lo acompaña muy bien, salen juntos por la noche a andar en moto y viven una vida de mucho lujo.

- ¿Tu libro... una faceta dura, del uso que uno hace del otro?
- No es un libro muy bondadoso. Intento ser justo y en realidad es una mirada muy crítica sobre el poder, no tanto sobre ellas, sobre un poder que se muestra más calculador que humano. Tiene que ver la ambición de cada una, la capacidad de ira, de administrar la intimidad.
Me llama mucho la atención cómo Karina Rabolini contiene sus enojos y se entrega al silencio, en cambio Sandra Mendoza exterioriza su bronca por todos lados, la escupe, procesos distintos para un problema similar, que es convivir con hombres del poder que se rebelan en la intimidad como hombres autoritarios.
El poder es de un pragmatismo increíble, tanto en la vida privada como pública, casi no hay diferencia en ese sentido, el poder irradia todo y contamina la intimidad o la intimidad lo contamina, esa es la gran incógnita por desentrañar.

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