Crecer sin Dios : Carabinera
Carabinera

Tras el amarillo del bus escolar
apareció una escena inolvidable
Segura de su pequeño escondite
en la ciudad vacía
una carabinera orinaba en la calle
Su pelo formaba un moño tomate
cuerpo en cuclillas
la gorra tomada con ambas manos
el chorro formando un pequeño lago
sobre el piso de arena
El calzón estiraba su tela
sobre los pálidos muslos
los ojos demasiado abiertos
apuntando a mi rostro
La miré dos segundos
y fue como ver a un duende
besando a una crisálida
la muchacha tiñó de rojo sus mejillas
y yo seguí adelante
armado de esa imagen devastadora
sinceramente imposible
Roberto Nieri B. dijo...
No quieres que te veamos deshacerte
de las sobras que tu vientre guarda.
Las llevas celosa, dolorosamente,
hasta el palacio para ti dispuesto
en soledad, a la sombra de la verguenza.
Y me culpas a mi, hermana, si en la necesidad
como un perro sucio busco alivio
siendo que no he sido yo quien ha dispuesto
tu inmensa cárcel allá abajo.
Disculpa mi descaro y asume este discurso,
mi humilde ordinariez, como un obsequio.
PD. Tal vez sea preciso lo decore
y le cuelgue esta tarjeta aclarando
que en lo absoluto me interesa
verte el poto.
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