En donde esta mama...

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lunes, 14 de diciembre de 2015

Hombres chiquitos | Mexican Times



Hombres chiquitos | Mexican Times
Por Andrea Karan



La escena del hombre moderno es típica: acabó la universidad si bien le fue, tal vez trabaja o “está tratando de poner una empresa” y vive en casa de sus papás. No piensa en casarse y si algún día lo hace “construirá un departamento” encima de la casa que lo vio crecer. Su mamá le hace de comer, le lava, le plancha y le tiende su cama todas las mañanas.



Es evidente que a los hombres ya no los hacen como antes. Nuestros abuelos se rompían el lomo para salir adelante, mientras que nuestros contemporáneos siguen mantenidos por sus progenitores aunque ya tengan descendencia. ¿Qué habrá pasado?

Algo se descompuso por ahí de los 90. Será que la tan llamada “equidad de género” les vino a quitar presión por las obligaciones que sentían o que el hecho de compartir gastos con sus mujeres les hizo más llevadera la vida. La realidad es que algo se rompió y los hombres no volvieron a ser iguales.

Es por eso que muchas mujeres también le piensan cuando se trata de compartir la vida con alguien, puesto que muchas veces ellas son más exitosas, ganan más y están dispuestas a dejar el nido mucho antes que los hombres. A veces es difícil encontrar a alguien que esté al mismo nivel económico, intelectual y emocional.

No estoy tratando de decir que las mujeres son mejores que los hombres, pero últimamente le echan más ganas a la vida y compartir con alguien que apenas y sale de la cama y es mantenido por sus papás desde hace treinta y cuatro años, no suena nada cautivante.

Encontrar hoy día un hombre que te abra la puerta, te ceda el paso, quiera ayudarte en cosas o simplemente cargue las bolsas de la compra, es prácticamente imposible. La mayoría quiere velar por sus propios intereses y cuando les cuentas sobre tus problemas solamente alcanzan a escupir un “qué mal”, que quiere decir “arréglatelas como puedas”.



Esto conduce a que más relaciones de pareja, sean matrimonios o no, duren menos, tengan más problemas y el conflicto sea una constante en sus vidas. No es sólo culpa del hombre, las mujeres tenemos mucho que ver. Aquellas que fueron madres a partir de los 80, decidieron que sería buena idea resolverle la vida a sus hijitos y así, ellos crecieron y se convirtieron en unos niñotes.

Y ahora esos bebés grandotes, sólo buscan cambiar de nana, una que aparte de hacerle absolutamente todo, también cumpla sus caprichos dentro de la alcoba. Eso sí, ella tiene que resolver su vida solita, por lo que cuando ella necesite de algo, será mejor que tenga un buen árbol a donde arrimarse.

¿Qué hará que los hombres cambien de nuevo? ¿Las futuras generaciones tomarán más el control de su vida o seguirán siendo niños mimados de cuarenta?

Por supuesto, esa respuesta solamente la tendrá el tiempo, pero lo que puedo recomendarles a las mujeres, es que si no están en el mismo nivel socioeconómico y no tienen metas parecidas en la vida, de amor no van a vivir. Siempre será bueno encontrar a alguien que comparta una escala de valores y metas parecidas, ya que si uno quiere dormir todo el día mientras que la otra persona se la pasa trabajando para labrarse un mejor futuro, sin duda tendrán problemas.

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