Diario Avanzada - Albertina, sexo servidora desde los 15 años
Miércoles, 19 Febrero 2014 10:57Escrito por Heidi de León Gutiérrez
Colima, México. Avanzada (19 de febrero de 2014).- No se viste con colores chillantes, ni usa exceso de maquillaje: Albertina es madre de dos hijos: Una joven de 20 años de edad y un niño de 8 años. Desde que tenía 15 años se dedica a la prostitución, pero ahora a sus 38 años de edad ha buscado otras fuentes de empleo sin buenos resultados.
Es morena, delgada, cabello largo, aunque siempre lo trae recogido. Usa pantalones de mezclilla y una playera blanca. Así anda por la calle, los jardines, las tiendas, pero a partir de las seis de la tarde deja ese vestuario y se transforma.
Las faldas con lentejuelas, o blusas con escote, labios rojos, y pestañas postizas son parte de su vida nocturna. Todas estas prendas las guardó un día en una bolsa negra y decidió dejar su vida de sexoservidora. Jamás las tiró. “En el fondo sabía que regresaría”, dice, mientras se toma una cocacola de dieta.
Intentó estudiar la secundaria, sin embargo, solo asistió al primer bimestre del ciclo escolar, después se fue a vender productos por las calles, pero fue despedida después de una semana. Su jefe le dijo que si no vendía no pagaba y como ella había reportado cero ganancias entonces no era apta para el empleo.
Después se fue a Macsa, a pesar de que la jornada era ardua, estaba feliz porque por fin le darían prestaciones, no gastaría en pasaje porque un autobús la recogería cerca del jardín de San Francisco, sobre todo tendría Infonavit, lo que le permitiría tener una casa.
Duró poco menos de un mes. Albertina se enfadó de la rutina, extrañaba la música, el alcohol, a sus compañeras y decidió regresar “a lo que sabe hacer”.
“Volví a la zona de tolerancia porque en este lugar siempre he trabajado. Ya tengo mi clientela y me va bien, además hay cervezas gratis, y uno que otro cigarrito. No me gustó estar allá afuera, aunque sí quería porque no me gusta que mis hijos me vean borracha”.
Por eso, Albertina decidió dejar al niño de 10 años con su hija la mayor. “Esta vida no es para tener hijos, aquí hay que trabajar y disfrutar, pero no es sencillo, te pasa de todo, pero también no te va mal”.
Ha padecido golpes, mordidas, vejaciones, sin embargo esto se compensa con los 200 pesos que cobra, más las propinas que le dejan cuando hace servicios de mesera, “ya me sirve para comprarme mis cigarros”; al día consume dos cajetillas de cigarros.
--¿Qué es lo peor que te ha pasado?
--Quedarme enganchada con un tipo que después me botó, y cuando me contagiaron pero rápido sané aunque en ese tiempo no podía trabajar, porque las mismas muchachas se encargaban de decir que estaba enferma para que los clientes se fueran con otras.
-- ¿Porqué decidiste trabajar en la zona de tolerancia?
-- Porque era pobre (ríe), y porque me gustó, antes te iba mejor que ahora, eran buenas propinas, pero yo comencé a trabajar en un botanero de Armería, allá vivía varios años, y tuve a mi hija, viví con un hombre que me botó y me dejó endeudada y me vine para acá y encontré trabajo en la zona.
--¿Ahí vives?
--A veces, otras me quedo con un tipo que había sido mi novio pero ahora solo somos amigos y otras, me quedo en la colonia de los militares porque ahí tengo a un conocido.
Albertina es delgada, morena y platicadora. Asegura que no le teme a las enfermedades, “más bien le temo a que me maten porque uno ya ni sabe”. Para esta mujer que es abuela de una niña de cinco años hay una cosa clara: “Cuando creces en este ambiente ya no te acostumbras a algo más”.
Esta semana Avanzada dio a conocer que alrededor de 64 millones de pesos al año genera la prostitución en el estado, en donde se estima que laboran más de 500 personas en al menos 40 negocios, algunos de ellos regulados por la Secretaría de Salud y otros más operando de manera clandestina, en ocasiones bajo la complicidad de las autoridades.
La cifra de 540 sexoservidores operando en algún establecimiento de la entidad surge tras entrevistar a varios trabajadores que están dentro de la industria del sexo, quienes estimaron en pláticas por separado con Avanzada que mientras en la zona de tolerancia el número es de 140, en otros establecimientos "disfrazados" la cantidad se triplica, por lo que señalaron una cantidad conservadora de 400 personas.
Es morena, delgada, cabello largo, aunque siempre lo trae recogido. Usa pantalones de mezclilla y una playera blanca. Así anda por la calle, los jardines, las tiendas, pero a partir de las seis de la tarde deja ese vestuario y se transforma.
Las faldas con lentejuelas, o blusas con escote, labios rojos, y pestañas postizas son parte de su vida nocturna. Todas estas prendas las guardó un día en una bolsa negra y decidió dejar su vida de sexoservidora. Jamás las tiró. “En el fondo sabía que regresaría”, dice, mientras se toma una cocacola de dieta.
Intentó estudiar la secundaria, sin embargo, solo asistió al primer bimestre del ciclo escolar, después se fue a vender productos por las calles, pero fue despedida después de una semana. Su jefe le dijo que si no vendía no pagaba y como ella había reportado cero ganancias entonces no era apta para el empleo.
Después se fue a Macsa, a pesar de que la jornada era ardua, estaba feliz porque por fin le darían prestaciones, no gastaría en pasaje porque un autobús la recogería cerca del jardín de San Francisco, sobre todo tendría Infonavit, lo que le permitiría tener una casa.
Duró poco menos de un mes. Albertina se enfadó de la rutina, extrañaba la música, el alcohol, a sus compañeras y decidió regresar “a lo que sabe hacer”.
“Volví a la zona de tolerancia porque en este lugar siempre he trabajado. Ya tengo mi clientela y me va bien, además hay cervezas gratis, y uno que otro cigarrito. No me gustó estar allá afuera, aunque sí quería porque no me gusta que mis hijos me vean borracha”.
Por eso, Albertina decidió dejar al niño de 10 años con su hija la mayor. “Esta vida no es para tener hijos, aquí hay que trabajar y disfrutar, pero no es sencillo, te pasa de todo, pero también no te va mal”.
Ha padecido golpes, mordidas, vejaciones, sin embargo esto se compensa con los 200 pesos que cobra, más las propinas que le dejan cuando hace servicios de mesera, “ya me sirve para comprarme mis cigarros”; al día consume dos cajetillas de cigarros.
--¿Qué es lo peor que te ha pasado?
--Quedarme enganchada con un tipo que después me botó, y cuando me contagiaron pero rápido sané aunque en ese tiempo no podía trabajar, porque las mismas muchachas se encargaban de decir que estaba enferma para que los clientes se fueran con otras.
-- ¿Porqué decidiste trabajar en la zona de tolerancia?
-- Porque era pobre (ríe), y porque me gustó, antes te iba mejor que ahora, eran buenas propinas, pero yo comencé a trabajar en un botanero de Armería, allá vivía varios años, y tuve a mi hija, viví con un hombre que me botó y me dejó endeudada y me vine para acá y encontré trabajo en la zona.
--¿Ahí vives?
--A veces, otras me quedo con un tipo que había sido mi novio pero ahora solo somos amigos y otras, me quedo en la colonia de los militares porque ahí tengo a un conocido.
Albertina es delgada, morena y platicadora. Asegura que no le teme a las enfermedades, “más bien le temo a que me maten porque uno ya ni sabe”. Para esta mujer que es abuela de una niña de cinco años hay una cosa clara: “Cuando creces en este ambiente ya no te acostumbras a algo más”.
Esta semana Avanzada dio a conocer que alrededor de 64 millones de pesos al año genera la prostitución en el estado, en donde se estima que laboran más de 500 personas en al menos 40 negocios, algunos de ellos regulados por la Secretaría de Salud y otros más operando de manera clandestina, en ocasiones bajo la complicidad de las autoridades.
La cifra de 540 sexoservidores operando en algún establecimiento de la entidad surge tras entrevistar a varios trabajadores que están dentro de la industria del sexo, quienes estimaron en pláticas por separado con Avanzada que mientras en la zona de tolerancia el número es de 140, en otros establecimientos "disfrazados" la cantidad se triplica, por lo que señalaron una cantidad conservadora de 400 personas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario